El jardín de las delicias es un proyecto
artístico realizado por la artista Júlia Montilla, en el que han participado
personas atendidas en las unidades de salud mental del Centre
Assistencial Sant Joan de Déu Terres de Lleida, y se ha
desarrollado con la colaboración del Centre d’Art la Panera y con el apoyo de Obra
Social la Caixa en la convocatoria «Art for change».
El proyecto me sorprendió y, al mismo tiempo, dudaba de que el resultado pudiera ser el esperado. Cuando vi el resultado me sorprendió la obra de arte que hicimos, al igual que los disfraces. Con todo esto quiero decir que ahora me veo capaz de volver a hacer una obra como esta. Participar en esta obra me ha hecho sentir bien, me alegra haber podido participar. Al finalizar me sentí orgulloso de lo que habíamos hecho.
El proyecto consistía en participar activamente
en el desfile de la Festa de l’Aigua que se llevó a cabo el día 28 de febrero
de 2016 en la localidad de Almacelles, población situada al lado del Centre
Assistencial Sant Joan de Déu. El objetivo principal era fomentar la
participación de las personas con trastornos mentales en la construcción activa
de la ciudad mediante actividades artísticas cercanas, que generasen espacios
de convivencia plurales, es decir, que incorporasen las diversidades
funcionales, transgeneracionales, transculturales o de género.
El proceso de trabajo y
la metodología contaron con sesiones de debate con las personas hospitalizadas
y con trabajadores del centro sanitario y del centro de arte. Después de llevar
a cabo varias sesiones para valorar el tema de la carroza, se decidió trabajar
la idea de El jardín de las delicias, tomando prestado el título del tríptico
de El Bosco sobre el destino de la humanidad, para hacer una defensa de la
alimentación sana y de proximidad. Esta temática ponía en común los rasgos más
relevantes del territorio, y estaba vinculada con algunas de las actividades que
los participantes llevaban a cabo en el centro asistencial. A partir del huerto
y de los productos sostenibles y ecológicos, se dibujaron y diseñaron los
disfraces de flores, plantas, frutas, legumbres y animales, que más tarde
confeccionarían. Esta carroza estaba conducida por un caballo
hecho con madera reutilizada, fabricado por las personas atendidas que trabajan
en el ámbito prelaboral, y todo ello fue acompañado por unos temas musicales
con letras adaptadas que compuso el grupo de música del proyecto.
Esta experiencia nos ha permitido trabajar
desde la inclusión y realizar un proyecto comunitario, en el que se han
implicado varios agentes que han partido del arte para construir una sociedad
más integradora. Ha sido una experiencia enriquecedora, que uno de los usuarios
participantes describe de la siguiente forma:
El proyecto me sorprendió y, al mismo tiempo, dudaba de que el resultado pudiera ser el esperado. Cuando vi el resultado me sorprendió la obra de arte que hicimos, al igual que los disfraces. Con todo esto quiero decir que ahora me veo capaz de volver a hacer una obra como esta. Participar en esta obra me ha hecho sentir bien, me alegra haber podido participar. Al finalizar me sentí orgulloso de lo que habíamos hecho.
El jardín de las delicias
consiguió ganar el primer premio del concurso del desfile de carrozas de
Almacelles, lo que sorprendió y generó nuevas miradas hacia colectivos que
viven estigmatizados. Durante el proceso conseguimos una implicación activa
tanto de las personas atendidas como de los sanitarios del centro; se creó un
grupo en el que todo el mundo participaba y sumaba haciendo lo que le motivaba.
Los ejes que hicimos funcionar en este proyecto fueron: la implicación, la
participación por parte de todos, la toma de decisiones, y la creación y
construcción de la carroza. Por lo tanto, se alcanzaron los objetivos
principales del proyecto, que eran la inclusión y la realización personal y
grupal, lo que conlleva una experiencia artística comunitaria y participativa.
Hola, comentaros que la carroza es fruto de una reflexión colectiva no en defensa de la alimentación sana y de próximidad sino sobre el impacto que sobre ésta tendría la firma del TTIP (Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión). El caballo de Troya que encabeza la comparsa es obviamente la imagen que utilizan los movimientos sociales en contra del mismo. Por desgracia, al negar la capacidad para articular estos discursos a algunas personas que padecen una enfermedad mental se evidencia que pesa un estigma sobre la locura entre las personas que tratan con ella.
ResponderEliminarFelicidades por vuestro grupo de trabajo y blog
Julia Montilla